Antoni
Gaudí, (Cornet (Reus o Riudoms) (25 de junio de 1852-10 de
junio de 1926) fue un arquitecto español, máximo representante del modernismo
(Art Nouveau catalán).
Se desconoce el lugar exacto del nacimiento de
Gaudí, ya que no se conserva ningún documento que lo especifique, existiendo
una controversia entre Reus y Riudoms (dos municipios vecinos y colindantes de
la comarca del Bajo Campo) sobre la localidad natalicia del arquitecto. Aun
así, en la mayoría de documentos de Gaudí, tanto de su época de estudiante como
en los de su época profesional, figura como nacido en Reus. Sin embargo, el
propio Gaudí manifestó en diversas ocasiones que era de Riudoms, lugar de origen
de su familia paterna; lo que sí es seguro es que fue bautizado en la iglesia
prioral de Sant Pere Apóstol de Reus el día después de su nacimiento. El nombre
que consta en su partida de bautismo es Antoni Plàcid Guillem Gaudí i Cornet.
Gaudí permaneció en su tierra natal; estancia que
le sirvió para conocer y estudiar profundamente la naturaleza, sobre todo
durante sus visitas en el "Mas de la Calderera", la casa de los Gaudí
en Riudoms. Su gusto y contacto con la naturaleza, le valió hacerse miembro del
Centro Excursionista de Cataluña (1879); entidad con la que realizó numerosos
viajes por toda Cataluña y el sur de Francia. También practicó durante un
tiempo la equitación y, hasta su vejez, caminaba unos diez kilómetros diarios.
El pequeño Gaudí era de naturaleza enfermiza y
padeció reumatismo desde niño, lo que le transmitió un carácter un tanto
retraído y reservado. Quizá por eso, de mayor se convirtió en vegetariano y de
poco comer. Debido a estas creencias –y por motivos religiosos–, en ocasiones se
entregaba a severos ayunos, tanto que en ocasiones ponía en peligro su propia
vida; como en 1894, año en que cayó gravemente enfermo a causa de un prolongado
ayuno.
Realizó sus primeros estudios en el parvulario del
maestro Francesc Berenguer, padre del que sería uno de sus principales
colaboradores, y luego pasó a los Escolapios de Reus. Destacó en dibujo,
colaborando con el semanario "El Arlequín". También trabajó durante
un tiempo como aprendiz en la fábrica textil Vapor Nou de Reus. En 1868 se
trasladó a Barcelona para cursar enseñanza media en el Convento del Carmen de
la ciudad condal. En su adolescencia estuvo cercano al socialismo utópico,
realizando junto con dos compañeros de estudios, Eduard Toda i Güell y Josep
Ribera i Sans, un proyecto de restauración para el Monasterio de Poblet que lo
convertiría en un falansterio utópico-social.
Entre 1875 y 1878 realizó el servicio militar en el
Arma de Infantería en Barcelona, siendo destinado a Administración Militar.
Pasó la mayor parte del tiempo rebajado de servicio a causa de su salud, por lo
que pudo continuar con los estudios. Gracias a ello no tuvo que entrar en
combate, pues coincidió en esas fechas con la Tercera Guerra Carlista. En 1876
tuvo lugar el triste suceso de la muerte de su madre, a los 57 años, así como
la de su hermano Francesc a los 25, médico recién titulado que no llegó a
ejercer.
Cursó arquitectura en la Escuela de la Llotja y en
la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona, donde se graduó en
1878. Junto a las asignaturas de Arquitectura asistió a clases de francés y
cursó algunas asignaturas de Historia, Economía, Filosofía y Estética. Su
expediente académico fue regular. Gaudí se preocupaba más de sus propios
intereses que de las asignaturas oficiales.
Gaudí sintió un gran aprecio por su tierra natal,
lo que evidenciaba en su gran originales, mientras que los pueblos nórdicos son
más técnicos y repetitivos.
Gaudí fue un arquitecto con un sentido innato de la
geometría y el volumen, así como una gran capacidad imaginativa que le permitía
proyectar mentalmente la mayoría de sus obras antes de pasarlas a planos. De
hecho, pocas veces realizaba planos detallados de sus obras; prefería
recrearlos sobre maquetas tridimensionales, moldeando todos los detalles según
los iba ideando mentalmente. En otras ocasiones, iba improvisando sobre la
marcha, dando instrucciones a sus colaboradores sobre lo que debían hacer.
Dotado de una fuerte intuición y capacidad
creativa, Gaudí concebía sus edificios de una forma global atendiendo, tanto a
las soluciones estructurales, como las funcionales y decorativas. Estudiaba
hasta el más mínimo detalle de sus creaciones, integrando en la Arquitectura
toda una serie de trabajos artesanales que dominaba él mismo a la perfección:
cerámica, vidriería, forja de hierro, carpintería, etc. Asimismo, introdujo
nuevas técnicas en el tratamiento de los materiales, como su famoso “trencadís”
hecho con piezas de cerámica de desecho.
Después de unos inicios influenciado por el arte
neogótico, así como ciertas tendencias orientalizantes, Gaudí desembocó en el
modernismo (Art Nouveau catalán) en su época de mayor efervescencia, entre
finales del siglo XIX y principios del XX. Sin embargo, el arquitecto reusense
fue más allá del modernismo ortodoxo, creando un estilo personal basado en la
observación de la naturaleza, fruto del cual fue su utilización de formas
geométricas regladas, como el paraboloide hiperbólico, el hiperboloide, el
helicoide y el conoide.
La arquitectura de Gaudí está marcada por un fuerte
sello personal, caracterizado por la búsqueda de nuevas soluciones
estructurales, que logró después de toda una vida dedicada al análisis de la
estructura óptima del edificio, integrado en su entorno y siendo una síntesis
de todas las artes y oficios. Mediante el estudio y la práctica de nuevas y
originales soluciones, la obra de Gaudí culminará en un estilo orgánico,
inspirado en la naturaleza, pero sin perder la experiencia aportada por estilos
anteriores, generando una obra arquitectónica que es una simbiosis perfecta de
la tradición y la innovación. Asimismo, toda su obra está marcada por las que
fueron sus cuatro grandes pasiones en la vida: la arquitectura, la naturaleza,
la religión y el amor a Cataluña.
Gaudí vivió dedicado por completo a su profesión,
permaneciendo soltero toda su vida. Al parecer, tan sólo en una ocasión se
sintió atraído por una mujer, Josefa Moreu, maestra de la Cooperativa
Mataronense, hacia 1884, pero no fue correspondido Desde entonces Gaudí se
refugió en su profunda religiosidad, en la que encontraba gran sosiego
espiritual. A menudo se ha pintado la imagen de un Gaudí huraño y antipático,
de bruscas contestaciones y gestos altaneros; pero la gente que lo trató más de
cerca lo describió como persona afable y cortés, buen conversador y fiel con
sus amigos, entre los que destacaron especialmente su mecenas, Eusebi Güell, y
el obispo de Vic, Josep Torras i Bages, así como los escritores Joan Maragall y
Jacint Verdaguer, el doctor Pere Santaló y algunos de sus colaboradores, como
Francesc Berenguer y Llorenç Matamala.
Tras su muerte Gaudí cayó en un relativo olvido, y
su obra fue denostada por la crítica internacional por barroca y excesivamente
fantasiosa. En su tierra natal fue igualmente menospreciado por la nueva
corriente que sustituyó al modernismo, el novecentismo, estilo que retornaba a
los cánones clásicos. En 1936, durante el transcurso de la Guerra Civil
Española, fue asaltado el taller de Gaudí en la Sagrada Familia, destruyéndose
gran cantidad de documentos, planos y maquetas del arquitecto modernista.
Su figura comenzó a ser reivindicada en los años
1950, por Salvador Dalí, en primer lugar, seguido de Josep Lluís Sert. En 1956
se organizó una retrospectiva sobre Gaudí en el Salón del Tinell de Barcelona,
y en 1957 su primera gran exposición internacional, en el MOMA de Nueva York.
Asimismo, entre los años 1950 y 1960, los estudios de críticos internacionales
como George Collins, Nikolaus Pevsner y Roberto Pane dieron gran difusión a la
obra de Gaudí, mientras que en su tierra natal era reivindicado por Alexandre
Cirici, Juan Eduardo Cirlot y Oriol Bohigas. También es de remarcar el gran
éxito obtenido por Gaudí en Japón, donde su obra es muy admirada, destacando
los estudios realizados por Kenji Imai y Tokutoshi Torii. Desde entonces la
valoración de Gaudí ha ido en aumento, proceso que se reflejó en la
catalogación en 1969 de 17 obras de Gaudí como Monumentos Histórico-Artísticos
de Interés Cultural por parte del Ministerio de Cultura español (RD 1794/1969),
siendo el primer artista «contemporáneo» en alcanzar esta distinción, pues
hasta entonces las normas dictaban que sólo podían tener esta catalogación las
obras con un siglo o más de antigüedad. Igualmente, en 1984 varias obras del
arquitecto fueron declaradas como Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.
En 1952, centenario del nacimiento de Antoni Gaudí
i Cornet, se fundó la Asociación de Amigos de Gaudí, para divulgar y conservar
el legado dejado por el artífice catalán. En 1956 se creó la Cátedra Gaudí,
perteneciente a la Universidad Politécnica de Cataluña, con el objeto
igualmente de profundizar en el estudio de la obra gaudiniana y participar en
su conservación. En 1987 el rey Juan Carlos I le concedió el título de Real
Cátedra Gaudí. En 1976, con motivo del 50 aniversario de su muerte, el
Ministerio de Asuntos Exteriores organizó una exposición sobre Gaudí que
recorrió todo el mundo.
Con motivo del 150 aniversario del nacimiento de
Gaudí se celebró el año 2002 el Año Internacional Gaudí, con multitud de actos
oficiales, conciertos, espectáculos, conferencias, publicaciones, etc. Entre
otros eventos, el 24 de septiembre de ese año se estrenó en el Palacio de los
Deportes de Barcelona el musical Gaudí, sobre su vida y obra,obra de Jordi
Galceran, Esteve Miralles y Albert Guinovart. En el año 2008 se instituyeron,
en su honor, los Premios Gaudí, otorgados por la Academia del Cine Catalán, que
reconocen las mejores producciones cinematográficas catalanas del año.
Debido a su profunda religiosidad y de vida
ascética, se ha propuesto la beatificación de Antoni Gaudí, proceso iniciado en
1998 por el arzobispo de Barcelona, Ricard Maria Carles. El año 2000 fue
autorizado el inicio del proceso por parte del Vaticano con el decreto nihil
obstat, por el cual Gaudí pasa a ser considerado siervo de Dios, el primer
peldaño para la beatificación
La obra de Gaudí ha alcanzado con el transcurso del
tiempo una amplia difusión internacional, siendo innumerables los estudios
dedicados a su forma de entender la arquitectura. Hoy día es admirado tanto por
profesionales como por el público en general: la Sagrada Familia es actualmente
uno de los monumentos más visitados de España.